Este mismo mes, la ONU MEDIOAMBIENTE publicaba el informe Perspectiva de los Recursos Mundiales 2019 (http://www.resourcepanel.org/reports/global-resources-outlook) , preparado por el Panel Internacional de Recursos, en el que se examinan las tendencias de los recursos naturales y sus patrones de consumo desde la década de 1970, y con ello se pretende apoyar a los responsables políticos en la toma de decisiones estratégicas y la transición hacia una economía sostenible.
En dicho informe se indica que la humanidad, desde la década de referencia (70’s), ha triplicado el consumo de recursos naturales generando un doble impacto medioambiental con implicaciones globales: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Sobre el cambio climático hay ya mucha literatura y acuerdos internacionales que, de una manera u otra, incorporan la temática en la agenda política. No tanto así la cuestión de la biodiversidad. Es más, aunque desde la perspectiva del cambio climático se apunta que una de sus consecuencias es precisamente la pérdida de biodiversidad (tanto a escala regional como global), menos atención se presta al hecho de que es precisamente la pérdida de biodiversidad y la ruptura de las cadenas tróficas de los ecosistemas una de las causas del cambio climático. Y digo «causa» porque, es posible que el cambio climático no tenga tanto que ver con la interacción entre la actividad humana y la atmósfera, como con el impacto de la primera sobre la biosfera. Si esto fuera así (y hay muchos indicios al respecto), la solución no estaría tanto en la aplicación de políticas de reducción de la emisión de gases como en el cuidado de la biosfera y la reconstrucción de su complejidad.
Dicho de otro modo. El pensamiento dominante nos lleva a focalizarnos en la idea de que existe una relación directa de causa-efecto entre la actividad humana, la emisión de gases a la atmósfera, el calentamiento del planeta (de la superficie) y el cambio climático. Pero, ¿y si el proceso fuese más complejo?; ¿y si la cadena causal fuese que la actividad humana está destruyendo la complejidad de la biosfera (reduciendo la biodiversidad), que una biosfera «enferma» rompe los mecanismos homeostáticos que garantizaban un equilibrio dinámico entre biosfera y atmósfera y que la consecuencia de dicho desequilibrio es precisamente el cambio climático?.
Un punto central en el tema de la biodiversidad y el cambio climático es el papel del suelo (Agencia Europea del Medioambiente), pues, en gran medida, podemos afirmar que la biodiversidad es expresión de la capacidad del suelo para albergar vida (la fertilidad)
El suelo es (después de los océanos) el principal reservorio y sumidero de carbono. Y para quienes no estén familiarizados con las ciencias del suelo, debemos indicar que «suelo» no es equivalente a «tierra»; el suelo es un ecosistema que utiliza la tierra como sustrato (video FAO- El Suelo).
El suelo no es un recurso renovable a escala humana (se necesita entorno a 1000 años para producir 1 cm de suelo) y hay más carbono en el suelo que en la biota y la atmósfera terrestre juntos. El balance entre el carbono del suelo y de la atmósfera es clave para entender los procesos globales y no son pocas las evidencias científicas que ponen en el centro del debate sobre la crisis ecológica, la pérdida de biodiversidad del suelo a escala global (La ecología del suelo influye en los ciclos del carbono y el nitrógeno).
Además del suelo, existen otros factores relacionados con la actividad humana que impactan negativamente sobre la biodiversidad como son el caso de la fragmentación del territorio debido al desarrollo de las infraestructuras, la derivación de los recursos hídricos hacia fines humanos, la contaminación en general (y el uso de antibióticos y biocidas en particular) o la expansión de la urbanización.
Quiero decir con todo esto, que tengo la impresión que detrás de todo el ruido institucional y mediático sobre el cambio climático existe una «intencionada» campaña de propaganda que focaliza el problema en aspectos relacionados con la emisión de CO2, y nada se habla de cómo gestionamos el territorio y preservamos la complejidad ecológica de nuestro entorno, garantizando la fertilidad de nuestros suelos y la productividad biológica de nuestros océanos. Parece que la finalidad de toda esta propaganda es más bien polarizar electoralmente a la sociedad, más que afrontar de verdad las causas del problema. Al fin y al cabo, reducir las emisiones de CO2 es una cuestión tecnológica (con un provechoso mercado de emisiones y potencialidad fiscal), mientras que trabajar por la prosperidad de la biosfera implica un cambio radical de sistema económico. Y esto es harina de otro costal.
Pero aterricemos en el caso de Jerez.
En estos años hemos escuchado mucha retórica ambientalista y sufrido la instrumentalización del debate del cambio climático para justificar gasto público cuyo impacto real sobre el tema es meramente cosmético (y a lo de los ¿AUTOBUSES ECOLOGICOS? , me remito). Pero, ¿qué ocurre con la biodiversidad y la sostenibilidad de nuestro suelo?
En la imagen siguiente se muestra los grandes usos del territorio del entorno de la ciudad:
En dicha imagen se comprueba la densa fragmentación del territorio (tupida tela de araña -color oscuro), la intensa urbanización del arco costero y el dominio de la actividad agraria; tres aspectos de la actividad humana que condicionan el patrón de biodiversidad del territorio
En la imagen siguiente mostramos el potencial de captación del CO2 del territorio
Aquí observamos como el menor potencial se relaciona con los espacios urbanizados y la corona de viñedo, mientras que las vegas del Guadalete (los espacios regados) conforman el principal sumidero de carbono del entorno jerezano.
De lo anterior podríamos deducir como consecuencia que una verdadera estrategia de lucha contra el cambio climático a través del desarrollo de la biodiversidad en general (y de la fertilidad del suelo en particular), debería pasar por 2 ejes de actuación:
- Una ordenación y manejo del territorio que permitiera la creación de corredores ecológicos a través de los cuales se conectaran los diferentes hábitats presentes en la zona.
- Mejora de la fertilidad del suelo, de todo el espacio agrícola en general, y de las vegas de regadío en particular
En relación a este segundo punto, es de destacar que es precisamente en las vegas del Guadalete donde se concentra la mayor parte de las pequeñas explotaciones del municipio y donde se localizan la mayor parte de los titulares agrarios.
En la imagen siguiente se muestra los espacios donde se localizan la mayor parte de las pequeñas explotaciones a las que nos referimos:
A modo de referencia, debemos indicar que las pequeñas explotaciones (menos de 10 has) suponen en torno al 2,5% de la superficie del municipio pero, sin embargo acogen a casi el 50% de los titulares de explotación. En definitiva, al importante papel que debería jugar este espacio dentro de las políticas de lucha contra el cambio climático, debemos añadir su relevancia socioeconómica.
Sin embargo, con las políticas actuales, se está produciendo un rápido abandono de la actividad agraria y la consolidación de un modelo de agricultura que, lejos de contribuir a los objetivos planteados, se orienta a producir materia prima para un sistema agroalimentario que, a escala global, es una de las causas de la destrucción de la biodiversidad, la pérdida de suelo fértil y, consecuentemente, del cambio climático.
En este contexto, y desde el ámbito municipal, es posible afrontar una verdadera política de lucha contra el cambio climático sustentada en 4 pilares:
- Incorporar en el PGOU un sistema general de corredores ecológicos que integre vías pecuarias, caminos rurales, red natural de drenaje y enclaves ecológicos singulares.
- Impulsar, junto con otras administraciones, el PTA como centro de referencia en materia de agricultura y cambio climático
- Poner en marcha, desde el mismo PTA, un programa de desarrollo rural de base agroecológica (no confundir con producción ecológica), siguiendo experiencias similares como las desarrolladas en la Universidad de California (ANR- Universidad California)
- Conformar espacios para mercados y distribución de los productos locales.
Y para terminar dejo este vídeo sobre AGROECOLOGÍA, así como el enlace con la organización referente en esta materia en Jerez (RED AGROECOLÓGICA DE CADIZ)